Las personas agradecidas son una fuente refrescante de vida, mientras que las personas desagradecidas arrastran consigo a otros a las aguas estancadas de su egoísmo, exigencias y desdicha.
Piense en su propia vida: ¿Qué efecto provoca su espíritu en aquellos que lo rodean? ¿Se sienten ellos edificados y animados con su espíritu de agradecimiento? ¿O se sienten abrumados por sus palabras y actitudes negativas y desagradecidas?
Piense en su propia vida: ¿Qué efecto provoca su espíritu en aquellos que lo rodean? ¿Se sienten ellos edificados y animados con su espíritu de agradecimiento? ¿O se sienten abrumados por sus palabras y actitudes negativas y desagradecidas?
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